10 buenas razones para consumir productos ecológicos
Son más saludables.
Los
productos ecológicos son más saludables, están libres de residuos tóxicos procedentes de pesticidas, antibióticos, fertilizantes sintéticos,
aditivos y conservantes, muchos de ellos utilizados en la agricultura
convencional para eliminar insectos o plagas y combatir enfermedades, y que a
medio o largo plazo pueden dañar nuestro organismo.
Los alimentos procedentes de la agricultura ecológica son
asimilados correctamente por el organismo sin alterar las funciones
metabólicas. Según los especialistas en nutrición, gran parte de las enfermedades
degenerativas tienen su origen en la alimentación.
No contienen aditivos sintéticos.
Los
alimentos ecológicos no contienen aditivos de síntesis que pueden provocar
problemas en la salud
Los productos biológicos, cultivados sin el uso de agroquímicos,
respetando los ritmos naturales y sin aditivos, son equilibrados y muy ricos en
nutrientes.
Por
otro lado, diferentes estudios han demostrado que no es imprescindible la
incorporación de sustancias de síntesis en el cultivo o producción de alimentos
ni en su conservación posterior.
No contienen pesticidas.
Centenares
de pesticidas químicos son utilizados habitualmente en la agricultura
convencional lo que provoca que restos de residuos de pesticidas aparezcan en
los alimentos procedentes de esta agricultura que ingerimos diariamente.
La utilización de estas sustancias daña el medio ambiente y conlleva un
coste adicional a la sociedad, ya que ésta debe eliminar los residuos que los
pesticidas dejan en la naturaleza.
No tienen organismos genéticamente modificados.
En
la agricultura ecológica no se autorizan los organismos genéticamente
modificados (OGM).
La
agricultura con organismos genéticamente modificados conduce hacia la
uniformidad genética y con ello hacia una erosión genética, lo que significa
una pérdida de variedad, con grandes extensiones de un mismo cultivo.
La
agricultura ecológica quiere conservar e impulsar la variedad genética de las
especies y tipos, y con ello la riqueza de los paisajes de cultivo.
No contienen antibióticos.
En
la actualidad existe una preocupación sobre el creciente uso de antibióticos en
la ganadería tradicional y los posibles efectos sobre la salud humana.
Los
estándares de control del reglamento europeo prohíben el uso de antibióticos en
la ganadería ecológica, hecho que beneficia la salud de los consumidores.
El
tratamiento veterinario que se dispensa al ganado, salvo excepciones muy
tipificadas, es en muchas ocasiones homeopático; esto significa que los
animales se cuidan de forma preventiva, evitando la administración de
antibióticos, tranquilizantes u hormonas.
Son sostenibles con el medio ambiente.
Respetar
el medio ambiente es una de las máximas de los productos ecológicos; cuando
consumimos alimentos de cultivo ecológico colaboramos en la conservación del
medio ambiente y evitamos la contaminación de la tierra, el agua y el aire.
La
agricultura ecológica es la más respetuosa con la fauna, la que genera una
contaminación más baja de aerosoles, produce menos dióxido de carbono, previene
el efecto invernadero, no genera residuos contaminantes y ayuda al ahorro
energético y de los gobiernos, ya que en el cultivo y en la elaboración de los
productos se aprovecha el máximo de recursos renovables.
Cabe
destacar que la disminución de la diversidad biológica es uno de los
principales problemas ambientales de la actualidad; la agricultura orgánica
preserva las semillas para el futuro, impidiendo, de este modo, la desaparición
de algunas variedades de gran valor nutritivo y cultural.
Tienen máximos niveles de calidad.
Los
alimentos ecológicos provienen de la agricultura ecológica, que utiliza un
sistema de producción de la máxima fiabilidad pues está sujeto a una
trazabilidad desde el campo hasta la mesa mediante el Reglamento Europeo
2092/91.
Todos
los agentes que intervienen en la cadena agroalimentaria están sujetos al
control e inspección de las materias primas utilizadas, el proceso de
elaboración, el envasado, el etiquetado, etc. mediante las empresas de control
y certificación acreditadas.
Son respetuosos con el bienestar animal
El
reglamento europeo contempla medidas específicas para la ganadería ecológica en
lo que respecta a la habitabilidad en las granjas con el objetivo de evitar el
estrés de los animales y potenciar el crecimiento en semi libertad, lo que permite que crezcan a su ritmo natural y en unas
condiciones de vida adecuadas.
La
alimentación de estos animales está basada en pastos naturales, leche
preferiblemente de su propia madre, y piensos y forrajes ecológicos, exentos de
pesticidas, fertilizantes y transgénicos, un animal bien cuidado y sin estrés produce más y goza
de más salud.
Otra
característica de la ganadería ecológica es que potencia las variedades
autóctonas, que son las que mejor se han adaptado a las condiciones de la zona.
Son respetuosos con la naturaleza
La
agricultura ecológica; fertiliza la tierra y frena la desertificación; fomenta la biodiversidad;
mantiene los hábitats de los animales silvestres; respeta los ciclos naturales de los cultivos;
potencia la fertilidad natural de los suelos y la capacidad productiva del
sistema agrario; recicla los nutrientes incorporándolos de nuevo al suelo como abonos orgánicos, y utiliza de forma óptima los recursos naturales.
En
resumen, respeta el equilibrio de la naturaleza contribuyendo a la preservación
del ecosistema y al desarrollo rural sostenible.
Son más sabrosos
Al ser elaborados de forma más artesanal y cuidadosa,
recuperan los gustos originales y tienen mejor sabor.
Debido
a que las plantas sólo son regeneradas y fertilizadas orgánicamente, éstas
crecen más sanas y se desarrollan de mejor forma, conservando el auténtico
aroma, color y sabor.
Los alimentos ecológicos se conservan mejor que los convencionales.
En
definitiva, los productos ecológicos saben mejor y son más sabrosos que los
alimentos convencionales; sólo hay que probarlos y comparar.
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